jueves, 3 de noviembre de 2011

Los imposibles también existen, son los que hoy me hacen decirte... que la fiesta empiece ya

Lo siento, os debo dos meses de explicaciones… pero es que ha sido todo tan raro…

¿Recordáis a mi ex? ¿Recordáis que os dije que iba a aguantar a ver qué pasaba? Pues aguanté, como una jabata y ¿Sabéis que pasó? Que todo salió bien.

Los email se fueron liando, cada vez decía más tonterías, cada vez veía el camino más empinado, me estaba viendo otra vez en la misma situación que todos los años, me estaba oliendo que iba a tener que volver a pararle los pies. ¿Por qué me volvía a decir por enésima vez que era la mujer de su vida? ¿Por qué otra vez que me echaba de menos y no se podía olvidar de mí? Yo sabía que venía después, después iba a decirme que todo eso era verdad pero que la distancia era demasiado para él…

Pero me equivoqué, no fue eso lo que dijo. Esta vez a todas esas fases no las acompañaba la coletilla de siempre. Me confesó que llevaba todo este tiempo hablándoles de mí a sus amigos, le pregunté qué le habían dicho sus amigos y me dijo que le decían que viniese a verme. Le insinué que esa idea me parecía bien y…

¡¡¡Vino a verme!!!

Estuvo aquí tres días y yo me fui luego con él dos días más, todo volvió a ser como antes pero distinto, es la persona que recordaba, con sus grandezas y alguno de sus contras pero ha cambiado en muchas cosas. Ya no tengo la sensación de que todo esto le de miedo, sé que se ha tirado a la piscina de cabeza, me ha presentado a todos sus amigos, se lo ha contado a su hermano y sé que para él eso son pasos muy grandes. Me ha dicho cosas que antes ni siquiera se hubiese planteado, enarbola la palabra Novia, soy su novia y aunque, irónicamente, a veces eso me de miedo, es increíble y tan extraño volver a estar con él… es extrañamente maravilloso.

Después de cuatro años fantaseando con este momento por fin ha llegado, y con él el sentido a todo, a todas las veces en que me hice la fuerte, a todas las veces en que me dijo que me idolatraba, a todas las veces en las que los comparé con él, a todas las veces en que los dejé porque no eran él, a todas las veces en que sin saber por qué me sorprendía con él dando vueltas en mi cabeza…

Hoy el destino tiene sentido para mí.